martes, 11 de diciembre de 2012

MI SER ARTISTA...

MI SER ARTISTA...

Mi abuelo fue JOSÉ L. MELGAREJO.  Tengo pocos recuerdos de él.  Pero lo que sí tengo es su historia y sus historias.  Fue músico, actor de teatro, cómico, locutor de radio, dramaturgo... uno de los precursores del Teatro Popular Paraguayo, de las llamadas "Veladas".   Participó como músico en la Guerra del Chaco y allí, en aquel Chaco Paraguayo, a fin de calmar las angustias y las tristezas de los soldados armaba cada atardecer la ronda artística, él dirigía los "sketch" teatrales, parodiaba las músicas de entonces con las realidades que allí vivian.  Y así, unos con música, otros con glosas poéticas, con sketch, con danzas fue dando origen a "Las Veladas".  Al culminar la Guerra, formó un elenco con el que realizó una gira por lugares recónditos de nuestro Paraguay, con la idea fija "hay que llevar la risa al pueblo", pues en la contienda chaqueña mucha gente había perdido familiares.   No se tiene registro de una gira tan extensa, por tantas localidades y con tan pocos recursos.  Las actuaciones hacían a cambio de comida, alguna gallina, huevos, leche... todo era bienvenido para seguir actuando pueblo tras pueblo... abriendo caminos y transportados en carreta.   Es la historia de Don José L. Melgarejo.
El recuerdo más vivo que tengo de él es cuando iba a visitarlo y me alzaba en su regazo para contar alguna anécdota o algún chiste.   "Esta va a ser una artista", dijo un día... a mi madre no le gustó para nada esa aseveración y mucho tiempo después confesó que en sus adentros dijo "jamás voy a dejar que mi hija sea artista, me basta y sobra con un padre que llevó la vida bohemia".
El camino estaba trazado.... y no había vueltas que dar.
Apenas pude, ya estuve iniciando mis estudios de teatro, aunque aún no era conciente de la sangre que corría por mis venas.
Cuando conocí a Rudy Torga y le conté que era nieta de José L., me dijo: "y vos que hacés que no escribís sobre la historia de tu abuelo, los paraguayos necesitamos conocer más a él y sus obras", recién allí mi corazón encontró su lugar... en las manos de la memoria de mi abuelo.  Desde ese entonces... en algunos momentos de mi vida, vuelvo a su regazo y me cuenta historias.... anécdotas que me devuelven el alma al cuerpo.
Desde entonces soy militante de la memoria... porque en carne propia he vivido el inmenso valor de conocer nuestras raices.  Quien conoce el pasado, puede entender su presente y proyectarse al futuro.
Soy nieta de José L. Melgarejo.

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