Cuando inicié el Posgrado en UNIVIDA, Campinas-Br, marzo de 2017,
una de las actividades que más encantaba mis sentidos era cirandar (Ciranda:
ronda cantada) y realizar la ronda cantada con una falda colorida.
- Yo quiero una en Paraguay-fue
lo primero que dije y lo primero que hice al retornar a mis pagos.
Contraté una modista que me confeccione una falda de 3 metros. La primera
falda, esperada ansiosamente, fue una decepción, no interpretaron lo que pedí.
Una amiga narradora de cuentos, Cândida Figueira, me pasó el tamaño, los cortes, el modelo, y lo intenté
nuevamente, segundo intento. Fracaso por segunda vez y ya con pérdidas
económicas en metros y metros de telas desperdiciadas.
Estaba como una niña que quiere
y pide un juguete y no lo consigue. Llegaba hasta la
frustación:
- quiero una falda
cuenteraaaaaaaaaa...
La misma Cândida, ya afligida
con mis frustraciones de tener mi falda cuentera, buscó una modista en Brasil,
la encuentra, me pasa el dato y no pasó 24 hs, ya había hecho el pedido.
El siguiente módulo era fijado para la entrega. El detalle que no tuve en
cuenta es que la modista era de otra ciudad (2 horas de viaje aproximadamente),
y que el siguiente módulo coincidía con compromisos en Paraguay y no pódría
retirarlo.
Andrea Celegato, era el hada
que estaba cosiendo mi falda soñada.
Otra compañera, Janice Castro,
se encargó de retirarla durante mi ausencia en Brasil.
Tuve que esperar dos meses para
poder tenerla conmigo.
Cuando me la entregaron, tomé
en mis manos la bolsa que la contenía, la apreté contra mi pecho y casi lloro
de emoción, aún recuerdo los galopes de mi corazón. Por fin tenía mi
falda cuentera! y esa falda venía a Paraguay para jugar con los niños/as....
tenía un elemento más para hacer volar nuestra imaginación, bailar, cantar,
vivir.
Contuve mi ansiedad y dije:
"la voy desplegar durante el taller, en presencia de mis compañeras y de
Suzana".
Ese día tenía que facilitar un
taller a Gestión Cultural y estaba segura que estarían todas mis compañeras.
Así fue, abrimos la
falda, cantamos y cada una fue bendiciendo con palabras de buen augurio ....
Lloramos, nos emocionamos,.....
gratitud a la vida.
De esta manera, con bendición
cuenteril, iniciaba el taller.
Y así inicia esta histori con mi falda de la alegría y que ahora ya la tengo en Paraguay.
Ese compromiso con el arte. No existen fronteras. El idioma no es obstáculo, es solo un puente de corazón a corazón |